Lucía baila desnuda junto a la mesa de caoba que preside el salón. No hay música, casi puede escuchar cómo se derrite el hielo dentro del vaso de whisky que lleva en la mano izquierda. En el otro extremo de la estancia, el profesor está sentado frente a un lienzo sobre el que plasma los movimientos de Lucía a carboncillo. En la chaise-longue descansa Isabel, que no aparta la mirada de su compañera tras unas gafas de aviador. Sobre la moqueta hay varios libros, una guitarra española y el uniforme de Lucía. Isabel fuma haciendo anillos de humo que van quebrándose en su ascenso hacia el techo. El profesor le pide que cante e Isabel se incorpora, coge la guitarra y tararea una azucarada serenata sobre el paradero de los niños perdidos. Isabel canta con los ojos cerrados, casi susurra las estrofas. En la cocina hay un brasero encendido con una tetera hirviendo encima. El profesor se levanta para preparar un té verde para tres y en sus pantalones se refleja una erección que hace dibujar una sonrisa en la cara de las alumnas. Lucía aprovecha para abrir las cortinas y contempla el exterior. Los coches arden, hay gente que corre de un lado a otro y la revuelta parece un éxito sobre las calles de París.
Search
Archivos
- junio 2015 ( 1 )
- abril 2015 ( 2 )
- marzo 2015 ( 1 )
- febrero 2015 ( 2 )
- enero 2015 ( 3 )
- diciembre 2014 ( 4 )
- octubre 2014 ( 3 )
- septiembre 2014 ( 3 )
- marzo 2014 ( 2 )
- septiembre 2010 ( 1 )
- marzo 2010 ( 1 )
- enero 2010 ( 4 )
- noviembre 2009 ( 5 )
- octubre 2009 ( 7 )
- septiembre 2009 ( 5 )
- agosto 2009 ( 8 )
- julio 2009 ( 3 )
- junio 2009 ( 2 )
- mayo 2009 ( 1 )
- abril 2009 ( 3 )
- marzo 2009 ( 9 )
- febrero 2009 ( 11 )
- enero 2009 ( 13 )
- diciembre 2008 ( 10 )
- noviembre 2008 ( 8 )
- octubre 2008 ( 11 )
- septiembre 2008 ( 11 )
- agosto 2008 ( 10 )
I’ll fall for you soon enough.
I resolve to love.