Archive for septiembre 2010

Ay niña, que nos vaya bien

Ellos vinieron a casa nada más enterarse. Me pidieron que volviese con ella, que piense las cosas dos veces. Las relaciones son tan... frágiles. Sólo basta una mirada, una llamada no contestada, una pequeñísima ofensa, y puede crecer como una bola de nieve que lo destruye todo. No sé si te habrá pasado, aunque fuera por un momento, esa sensación de fracaso absoluto. Esa angustia en el pecho, un puñetazo en el estómago, esas ganas de chasqueo de dedos y viajar a otro lugar al abrir los ojos.

Ellos vinieron a casa a beber mate y a decirme que luche por ella. Como si estar así fuese un divertimento pasajero. Soltar algo nunca es fácil pero no hay nada más difícil que dejar ir a alguien que te importó. Yo no puedo decir mucho porque es la amiga de todos, y estoy mejor callado, respirando y quitándome este muerto de encima. Pasaré todas las etapas de una ruptura y antes de que me dé cuenta, florecerá la siguiente chica dispuesta a complicarme la vida. Nos reiremos otra tarde de domingo.

Ellos vinieron a casa y no saben lo que ella me gritó aquella tarde en el pasaje. Y ellos no entienden lo que estoy haciendo. Estoy vacío como una promesa. Aburrido de estar triste. Cada vez que pienso en ella no siento nada. No hay dolor ni buenos recuerdos, oír su nombre en boca de otros sólo me produce sueño, infinita pereza. Y yo no quiero despertar, ya no. Dejadme en paz. Por primera vez siento el tiempo como un latido.

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