All those frozen strawberries

La comunidad de vecinos nos ha hecho inmensamente felices en el día de hoy. Al llegar al portal con la mochila a rastras me crucé con varios obreros de mono azul y escalera al hombro. Poco después descubrí la novedad: la luz de cada sección del edificio se activa con el movimiento para ahorrar en la factura comunitaria. Qué regalo para unos jóvenes estudiantes faltos de superpoderes. Hemos pasado la tarde subiendo y bajando planta por planta, pisando rellanos de un salto mientras se encendía la luz a nuestro paso, quedándonos quietos hasta conseguir que se apagase y hacerle creer que no estábamos ahí, abriendo lentamente la puerta del ascensor hasta ver cuándo el sensor nos detectaba como si de una nevera se tratase... El resto del día ha sido más aburrido. El profesor llevaba la misma corbata que ayer y la napolitana de la cafetería también era de ayer. Ahora estoy sentado en el parque, viendo cómo corretean los participantes de la Operación Bikini. Una chica diminuta hace fotos con una cámara desechable. Un jardinero municipal, que lleva un mono verde y amarillo, corta las ramas de un plátano hasta darle un aspecto macabro. Una chica atraviesa el parque de lado a lado, da una patada al aire y las palomas vuelan.

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