Un burro en brazos

La culpa la tuvo Sebastián, un malabarista argentino que entretiene la espera del semáforo en rojo de la calle Muntaner. El cruce es el puesto de trabajo y el horario es de 9 a 12 salvo festivos. Un laburante, como él mismo se califica. Espera sentado en su sillita de tijera a que el semáforo cambie de color y de un salto invade el asfalto armado con unas mazas. Sebastián es un manojo de nervios, lanza las mazas al aire con gracia y no para de hablar. Yo no lo escuché, conozco su show diario, y gasté el tiempo de espera en cambiar el canal de la radio. Antes de que el semáforo estuviera en verde, Sebastián paseó entre los coches recogiendo las monedas de los conductores. Hay días que debe de ganar más que yo, y encima no tiene a mi jefe echándole el aliento en el cogote. No suelo dar nada, tampoco le doy al chico de Diagonal que se empeña en limpiarme la luna delantera cada mañana. Vamos, que no me considero tacaño. Pero no sé por qué razón, busqué un euro del monedero y se lo di. Error. Y por eso dije yo al principio de la historia que la culpa la tuvo Sebastián. El semáforo se puso en verde y pude bajar la calle en dirección al supermercado. Se nos terminaron las garrafas de agua mineral, y mi mujer es incapaz de beber del grifo como el resto de los mortales. En el aparcamiento me di cuenta de que tenía el monedero vacío, no podía coger un carrito. Recordé la moneda ahora en manos del argentino y así fue. Tuve que cargar las garrafas por los pasillos del supermercado como un burro, de dos en dos, hasta la caja. Y después atravesar el parking hasta el coche. Ahora me duele la espalda y mi mujer está absorta viendo un programa del corazón. Qué vida.

Bookmark the permalink . RSS feed for this post.

One Response to Un burro en brazos

Rafus dijo...

Malditoz malabariztaz!

Todos los derechos reservados. Con la tecnología de Blogger.

Search