Esta tarde volamos a Gracia. Verdi vuelve a ser un año más la calle mejor engalanada de las Fiestas, esta vez ambientada en un medievo de cartón piedra. En medio de la calle, un grupo de jóvenes devora la oferta de shawarma y lata de cerveza a 5 euros. El calor de agosto hace de las suyas y los curiosos se arremolinan frente al Cine Verdi y su potente aire acondicionado. Más arriba, en la Plaza del Nord, los vecinos bailan sin mucha gracia a ritmo de cumbia y mojito. Un venezolano sin camiseta se hace el dueño de la improvisada pista de baile y deja patente sus raíces. Las papeleras están llenas de vasos de plástico y en la Plaza del Sol no cabe un alfiler. Allí está toda Barcelona, desde punkis sentados en el suelo hasta padres de familia que empujan con cara de fastidio el carrito del bebé. En cada calle suenan tambores de guerra y algunos vecinos miran encantados desde sus ventanas. Gafas de sol y cámara de fotos al cuello. Las turistas llevan aún menos ropa de la acostumbrada y los pisotones están al orden del día. Otros aprovechan las Fiestas para reivindicar banderas estrelladas, tierras libres y luchas a muerte contra enemigos invisibles. El barrio pierde su aire bohemio por unos días, ya volverán los escritores a los cafés con las primeras lluvias. Por el momento, se respira ambiente festivo en cada esquina. Una pareja está sentada en un banco de la Plaza del Sol. Él tiene rodajas de plátano en vez de ojos y ella es la viva imagen de una juvenil Carol Dunlop. Él está obsesionado con la Patafísica en cuanto a ciencia de las soluciones imaginarias y de las excepciones como reglas. Ella bebe una Super Bock fría. Están en silencio, rodeados de un océano de estruendo. Él piensa en todas las veces que planeó futuros perfectos, en los “te quiero” malgastados en chicas inadecuadas. El ligero peso del pasado. Patafísica aplicada a las relaciones sentimentales. Mira a su pareja y la descubre sonriéndole. Siguen callados unos segundos, lo que dura el tránsito de la metáfora a la patáfora.
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I’ll fall for you soon enough.
I resolve to love.
2 Responses to All plans are golden in your hand
Las Festes de Gràcia siempre han marcado un punto de inflexión en mi verano Barcelonés. Antes, escapadas de fin de semana a la playa, después la cuenta atrás para volver a Madrid.
Este año han sido más cortas y menos orientadoras.
¿Viste la calle de Origami?
Yo pedí el deseo bajo las Grullas, por si acaso es posible volver atrás en el tiempo.
Besos
Me ha gustado lo de los enemigos invisibles.
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