El día de la marmota

Muchas veces creo que vivo el mismo día una y otra vez. No me refiero a simple rutina, sino que siempre me encuentro con las mismas personas en la guagua de la línea F, mantengo conversaciones repetitivas con mamá por teléfono después del telediario de la noche, todos los días suena "See these bones" de Nada Surf en el hilo musical del supermercado, la misma monja en la cabina de teléfono cada domingo por la mañana cuando bajo a comprar la barra de pan llevando los pantalones cortos de los domingos. Ayer ella estaba en su puesto a la hora que le correspondía vestida con su hábito de salesa. El convento está al otro lado de la calle, junto al parque. Mientras esperaba a que se pusiera en verde para los peatones y piasen los pájaros mecánicos del semáforo, me pregunté a quién llamará cada domingo. Su madre de verdad, no la Superiora. El chico con el que se besó en la adolescencia pero que no fue suficiente para que dejara los hábitos y que ahora trabaja friendo calamares en un bar de la Plaza Mayor. O por qué no, Dios. Una conexión directa en vez de los rezos de los feligreses que se quedan suspendidos en el interior de las iglesias y no van a ninguna parte. Sonreí divertido pensando en las tarifas divinas por ese tipo de llamadas. El semáforo se puso en verde y piaron los pájaros como de costumbre. La barra de pan costaba 0.45, llevaba el dinero justo y me dije subiendo en el ascensor que tenía que estudiar en serio de una maldita vez.

Bookmark the permalink . RSS feed for this post.

One Response to El día de la marmota

Curro dijo...

Buena película.

Todos los derechos reservados. Con la tecnología de Blogger.

Search