Puente de Einstein-Rosen

Odette enciende un cigarrillo tumbada en la cama y canta las primeras estrofas de uno de sus grandes éxitos de los ochenta, esta vez sin orquesta. Al mismo tiempo y en otra ciudad, una anciana abre una bolsa de supermercado y de su interior lanza rebanadas de pan a las palomas del parque. Unos kilómetros más al sur, un hombre se masturba en la sesión de las 11.15 en una sala X en el preciso instante que un joven estudiante de Letras introduce un dedo en uno de los agujeros de bala que salpican la fachada de su Facultad, como si quisiese trasportarse a los tiempos de la Guerra Civil por medio de este agujero de gusano. Odette se levanta y abre el grifo de agua caliente y observa un par de pelos rizados del hombre del espacio nadando en el fondo de la bañera; en la otra ciudad las palomas se multiplican y rodean a la anciana exigiendo más comida de la que lleva en la bolsa, el hombre eyacula ahogando un gemido a la vez que el actor porno de la pantalla y el estudiante mira a su profesora con ojos de verdugo. Odette coge la cuchilla y se hace la muerta minutos antes de que el estudiante llore a la profesora tras la revisión del examen de septiembre. La anciana será encontrada por unos chavales que jugaban al fútbol, medio devorada por las aves del parque y no ocupa ni media columna en la sección de sucesos del periódico local. A dos manzanas de allí, su marido esperará horas solo en casa a que ella regrese delante de un plato de lentejas y decidido a confesarle sus visitas matutinas a la sala X del barrio.

Bookmark the permalink . RSS feed for this post.

2 Responses to Puente de Einstein-Rosen

Curro dijo...

Si esto es lo que tirabas a la basura, mejor reciclarlo, sí.

Me gusta

Rafus dijo...

Estoy con curro, mejor guardarlo si. De los 4 o 5 que he leido, éste me gusta especialmente.

Todos los derechos reservados. Con la tecnología de Blogger.

Search